Adolescente embarazada
La Salud Sexual puede ser definida como el “completo bienestar físico y psicológico en el plano sexual y supone la integración de los aspectos somáticos, emocionales, intelectuales y sociales de la sexualidad, de manera que se enriquezcan y estimulen la personalidad, la comunicación y el amor”
En tanto, la Salud Reproductiva es comprendida como “la condición en la cual se logra el proceso reproductivo en un estado de completo bienestar físico, mental y social, para la madre, el padre y los hijos/as y no solamente en ausencia de enfermedad o trastornos de dicho proceso”
Por lo tanto, promover la salud sexual y reproductiva implica la generación de condiciones para que la sexualidad y la reproducción sean vividas con riesgos mínimos, donde las personas puedan decidir cuándo y con quién reproducirse, así como también disfrutar de una sexualidad placentera y segura, libres de toda coacción, discriminación y violencia
Para esto, es fundamental contar con un amplio reconocimiento de la variabilidad de formas, creencias y conductas sexuales relacionadas con la sexualidad. En ese sentido, es necesario comprender que la sexualidad es inherente al ser humano y en ella confluyen dimensiones biológicas, psicológicas y también socioculturales. Por lo que abarca: sexo, identidades, roles de género, orientación, erotismo, placer, intimidad y reproducción; y se expresa en pensamientos, fantasías, deseos, creencias, actitudes, valores, prácticas, comportamientos y relaciones.
Así, en la juventud y particularmente en la adolescencia, la sexualidad adquiere gran relevancia en nuestra sociedad, ya que en la mayoría de las personas la atracción sexoafectiva comienza a irrumpir tanto biológica como psicosocialmente, en el contexto de la generación de identidad y crecimiento. De hecho, la edad promedio de inicio de la actividad sexual (16 años) se enmarca en esta etapa. Sin embargo, dadas las condiciones culturales y sociales, la sexualidad en jóvenes también tiende a asociarse a prácticas sexuales riesgosas que pueden desencadenar en problemas de salud, así como en cambios en sus trayectorias de vida.
Las y los jóvenes poseen escasas posibilidades y oportunidades para un desarrollo autónomo de distintos ámbitos de su vida condicionado por el dominio adultocéntrico que se condensa en una triple dimensión: material, simbólica y corporal-sexual. De esta manera, las juventudes pueden enfrentarse a obstáculos en relación a su salud sexual y reproductiva, dados por: bajos recursos financieros, estigmatizaciones y discriminaciones, y/o acceso a servicios de baja calidad en temáticas de salud sexual y reproductiva. Así la salud sexual y reproductiva de las y los jóvenes se relaciona con la educación, el acceso al trabajo, las oportunidades, las inequidades de género, entre otras.
Extender el uso de los métodos anticonceptivos ha permitido la separación de la práctica sexual con la tarea reproductiva, haciendo posible la planificación del embarazo y la protección contra las ITS, a partir de la fabricación, introducción a las estrategias y promoción del uso del preservativo masculino y/o femenino. De hecho, cuando se usan correcta y sistemáticamente, los métodos de barrera han demostrado ser la protección más eficaz contra las ITS, incluido el VIH. Son muchas las personas jóvenes que reciben información confusa y contradictoria sobre relaciones y el sexo, existiendo un aumento en la demanda por parte de las y los jóvenes de información confiable que les prepare para llevar una vida sexual segura y satisfactoria, y que les ayude a desenvolverse en un mundo y ámbito donde la violencia, desinformación y desigualdad sigue planteando grandes desafíos.
EMBARAZO ADOLESCENTE
La adolescencia es definida por la OMS como el periodo de crecimiento y desarrollo humano que se produce después de la niñez y antes de la edad adulta, entre los 10 y 19 años. Cuando un embarazo ocurre entre el inicio de la edad fértil, es decir, entre los 15 años hasta los 19 se le denomina embarazo adolescente. El embarazo adolescente o embarazo precoz, es considerado tanto un problema de salud pública, como también de desarrollo, derechos humanos e inequidad, ya que supone que una adolescente no se encuentra ni física ni psicológicamente preparada para este proceso.
Si bien la adolescencia es considerada un periodo fundamental, tanto para hombres como para mujeres, ellas sufren un riesgo desproporcionado de resultados adversos en relación a su salud sexual y reproductiva, como es el embarazo precoz. Y aunque muchas adolescentes pueden planear sus embarazos, la evidencia muestra que en la mayoría de los casos no es así, debido a la vinculación con la pobreza, exclusión social, violencia sexual y de género y el matrimonio o unión precoz.
Por lo tanto, el embarazo adolescente tiene un gran impacto en la trayectoria de vida de las jóvenes (video) ya que obstaculiza su desarrollo psicosocial y se asocia a resultados deficientes en salud tanto para ellas como para sus hijos. El riesgo de muerte materna es menor en las madres en torno a los 20 años de edad, y máximo en las madres que dan a luz antes de los 15 años. Los embarazos no deseados pueden concluir muchas veces en aborto, lo que es a menudo peligroso en este grupo etario dadas las leyes restrictivas en esta materia, provocando que muchos de ellos terminen realizándose en condiciones peligrosas.
A la vez, los bebes de madres adolescentes corren un riesgo considerablemente mayor de morir que los nacidos de mujeres entre 20 y 24 años.
Por otro lado, el embarazo en la adolescencia repercute negativamente también, en las oportunidades educativas y laborales de la mujer, ya que muchas de ellas se ven obligadas a dejar la escuela; también afecta su seguridad económica y la capacidad para participar en la vida pública y política.
En este link podrás ver las fases en la TRAYECTORIA del embarazo adolescente
En consideración a la edad de la embarazada se pueden también determinar diferentes PERFILES DE RIESGO