¿Qué es la FIEBRE?
Es un aumento temporal en la temperatura del cuerpo debido a una enfermedad caracterizado por elevación de la temperatura normal del cuerpo, así como mayor frecuencia del pulso y la respiración. En niños, se considera fiebre cuando la temperatura es igual o superior 38°C rectalmente, 37.5°C oralmente, o 37.2°C en la axila. La fiebre es una respuesta importante del cuerpo contra las infecciones, ya que la mayoría de las bacterias y virus prosperan mejor a la temperatura corporal normal de 37°. La fiebre se desencadenada por sustancias llamadas pirógenos que pueden ser producidas por el cuerpo (endógenas) o provenir de microbios y sus toxinas (exógenas).
Estos pirógenos estimulan la producción de sustancias que elevan la temperatura corporal al provocar vasoconstricción, aumento del metabolismo y contracciones musculares. Durante el proceso febril el “termostato” cerebral (hipotálamo) se eleva lo que causa escalofríos mientras la temperatura corporal permanece normal. Las contracciones musculares elevan la temperatura y detienen los escalofríos. Cuando el termostato hipotalámico desciende, la persona siente calor y comienza a sudar, lo que permite que la temperatura vuelva a la normalidad. La fiebre es una respuesta común a las infecciones y ayuda al cuerpo a combatir al reducir la reproducción de microbios y aumentar la respuesta inflamatoria.
Durante una infección las células de defensa del cuerpo producen sustancias que viajan al hipotálamo y modifican el termostato provocando escalofríos y posteriormente calor.